El Seminario Menor
Nuestro Señor Jesucristo llama a cualquier edad, y San Juan Pablo II decía que muchas vocaciones se descubren precisamente en la infancia.
La tarea de nuestro Seminario Menor es, por tanto, crear un ambiente en el que aquellos que ya han vislumbrado la semilla de esta vocación puedan desarrollarse para el bien de la Iglesia, para la salvación de las almas, pero también y sobre todo para asumir la altísima tarea que Nuestro Señor Jesucristo les ha indicado.
El Seminario Menor es el lugar que acoge a los jóvenes, de 12 a 18 años, que muestran signos de vocación. Se procura siempre hacer ver a los chicos la belleza y la grandeza de la vida consagrada.
El seminarista menor debe crecer en el espíritu misionero de nuestro Instituto. Por eso les enseñamos desde pequeños a rezar, a ofrecer sacrificios por las almas y por los misioneros, para formar en ellos un verdadero corazón sacerdotal.
El Método
El método utilizado es el de San Juan Bosco, el método preventivo. Vigilar a los chicos, estar con ellos durante todo el día.
Amar a los chicos y hacer que se sientan amados. Para que, viendo en los superiores y educadores la figura de Cristo, crezca en ellos el amor a Dios.
Formazión espiritual
La principal preocupación del rector, los formadores y los asistentes es el crecimiento espiritual de los jóvenes, es decir, la santidad de cada seminarista menor.
Por eso la Santa Misa ocupa un lugar central. Es el momento más importante del día, porque, como decía nuestro querido Fundador, «El Seminario es la Santa Misa».
La Santa Misa junto con la Adoración Eucarística, que se realiza todos los días durante media hora, y el rezo diario del Santo Rosario son los pilares de la formación espiritual del seminarista menor.
A través de la oración se busca el crecimiento en las virtudes del joven, especialmente en la caridad fraterna, la santa alegría y la pureza.
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Cuando tengáis la suerte de servir la Misa, pensad en lo que dice San Juan Crisóstomo: «Mientras se celebra la Misa, alrededor del altar está el coro de los ángeles que asisten con gran reverencia, de modo que ayudar al sacerdote en tan alto ministerio es más tarea de ángeles que de hombres...»
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Formazión humana
La jornada del seminarista menor está llena de diferentes actividades de formación, como el trabajo. De hecho, cada seminarista menor tiene un oficio diferente.
Durante la semana también hay deporte. Estas actividades nos ayudan en la práctica y desarrollo de las virtudes.
Todo esto se desarrolla en un ambiente familiar, comunitario y muy alegre, porque, como decía San Juan Bosco, 'la santidad consiste en estar muy alegres'.
Centralidad del misterio del Verbo Encarnado en la vida espiritual
La finalidad específica del Instituto:
Inculturar
el Evangelio
Puntos distintivos
de nuestro Seminario Menor
Como Seminario Menor del Instituto del Verbo Encarnado
tiene puntos distintivos:
El impulso misionero
L a importancia de la vida comunitaria y de la caridad fraterna
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Jesús te busca
para que junto con Él
podáis llevar a término
la Redención
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San Josemaría Escrivá